Una de las razones de peso para irnos a vivir fuera de la ciudad, ya sea a un pueblo o a una población mucho más pequeña de la que estamos acostumbrados es, por supuesto, el trabajo. La situación ahora mismo no es la ideal como para andar rechazando puestos de trabajo, y algunas empresas son conscientes de ello y lo aprovechan para realizar políticas de movilidad.
Estas políticas de movilidad llevan implícitas casi siempre unas condiciones mucho mejores (o al menos “mejores” a secas) de las que el trabajador puede tener en la ciudad y que se van modificando con el paso de los años.Por norma general se suele ofrecer un plus en el sueldo en concepto de dietas, una cantidad de dinero fijo mensual en concepto de alquiler, kilometraje para los desplazamientos de casa al trabajo, viajes cada cierto tiempo a la ciudad de origen, además de la realización de la mudanza.
En algunas ocasiones podemos cambiar de residencia de la ciudad al campo y encontrarnos con que nos ponen la casa y el trabajo, como fue el caso de Anglés (Girona) en 2007: el pueblo ofrecía una casa de sesenta metros cuadrados y cocina totalmente amueblada a quien estuviera dispuesto a trabajar cuidando el cementerio.
Algunas empresas negocian condiciones especiales para incentivar la movilidad del trabajo hacia el medio rural.
Otro de los casos más interesantes es el de la localidad de Gangi, en Sicilia, considerada como el pueblo más bello de Italia en 2015. Este pueblo situado en las faldas del volcán Etna está sufriendo los estragos de la despoblación, y por eso ofrece sus casas gratuitamente a todo aquel ciudadano de la Unión Europea que se comprometa a restaurarla. Solamente es necesario firmar un contrato y aportar 5.000 euros (una muy pequeña inversión para una casa) en concepto de compromiso para restaurar la vivienda.
También se promueven otro tipo de políticas para frenar el éxodo rural, como las familiares. En Peñas de San Pedro, en la provincia de Albacete, se bonifica a las familias con 1.500 euros por su primer hijo y hasta 3.000 a partir del tercero con el único requerimiento de que la madre lleve empadronada más de nueve meses en el pueblo y que los niños cursen la primaria en el pueblo. Exenciones de IBI de hasta 20 años para las casas de nueva construcción o reformadas y préstamos al 0% de interés son otras de las ventajas que ofrece este pueblo para atraer a sus nuevos vecinos
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